El homenaje a nuestros hijos es con nuestra propia vida.

A quienes hemos sufrido la tremenda crisis existencial, que nos ha enfrentado al dilema de tener que vivir en adelante sin nuestros hijos, el Mensaje de Renacer nos dice que esa crisis existencial nos permite ver la vida de una manera distinta.

Si queremos hacer de ella un tránsito hasta el día de nuestra propia muerte en el cual la partida prematura del ser querido sea un martirio permanente, sea sólo angustia y llanto y no querer vivir más, haciendo de ellos quienes nos arruinaron la vida o, por el contrario, queremos que su partida sea un hito en nuestras vidas que a través de su amor, nos haga cambiar, que nos induzca a ser mejores personas en homenaje a ellos.

En Huerta Grande Gustavo Berti dijo: “No somos las mismas personas, no podemos; querer seguir siendo los mismos es una necedad, el sufrimiento no debe volvernos necios.” pocas veces Gustavo Berti utiliza términos de esta naturaleza.

Tenemos que aceptar que no somos las mismas personas y enfrentarnos a la gran responsabilidad de optar qué persona queremos ser.

Si queremos dejarnos llevar por las emociones, sumirnos en la angustia, cerrar puertas y ventanas, no queriendo vivir más o, por el contrario, queremos cambiar por completo y decidir que en homenaje de amor hacia quien partió prematuramente, ver al mundo y a nosotros mismos de una manera distinta, viviendo hasta el día de nuestra muerte una vida digna.

Vivir una vida digna por nosotros mismos que como seres humanos nos sentimos el punto más alto de la escala viviente y ésta es la oportunidad de demostrarlo.

Pero también vivir dignamente por el ser querido que partió, él se lo merece; seguramente cada uno de nosotros en esos momentos de reflexión íntima, en soledad, momentos a los cuales nos acostumbramos después de la partida de nuestros hijos, en que nos preguntamos ¿qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué significa lo que nos pasó?, en esos momentos de profunda meditación, en la intimidad, podemos preguntarnos también ¿cómo quisieran vernos ellos?

Para el padre que llega por primera vez a una reunión de Renacer quizá lo más importante es que se dé cuenta que puede optar, que se dé cuenta que la vida lo ha puesto en una situación en la que puede optar libremente, pero que si no opta también está optando.

Quien diga “yo no quiero o no puedo”, o quizá no se dé cuenta que puede optar, ya está optando, está optando dejarse llevar por las emociones y seguramente al final de ese camino, puede encontrarse con que con su actitud ha hecho que su hijo sea quien arruinó su vida.

A través del Mensaje de Renacer tenemos la oportunidad de cambiar esa actitud y en vez de hacer de nuestros hijos quienes arruinaron nuestra vida para siempre, demostrarle al mundo, con nuestros actos, que nuestros hijos son nuestros guías y nuestros maestros.

El Mensaje de Renacer nos muestra que podemos libremente optar que es lo que queremos hacer de nuestras vidas y a partir de ahí se abre ante nosotros un largo camino.

Un largo camino donde podemos ver a Renacer de distintas maneras aunque primero como un refugio para ese sufrimiento, posteriormente tenemos que darnos cuenta que podemos salir adelante, que podemos trasmitir a través de nuestra actitud.

Cuando llegamos a la etapa de poder trasmitir el Mensaje de Renacer, no estamos haciendo otra cosa que siendo simples mensajeros y en ello no hay ninguna virtud ni mérito alguno, pues la única razón por la que estamos en lugar que estamos es porque hemos perdido un hijo y en ello no hay ningún mérito.

Un principio fundamental de Renacer es sentirse libre para elegir la manera de homenajear a nuestros hijos, hacerlo con la propia vida de la manera que cada uno lo descubra libremente.

Recordemos el pensamiento de Víctor Farnkl cuando afirma que frente a aquellos hechos que no podemos modificar, y la partida de nuestros hijos es algo que no podemos modificar, hay algo que sí podemos modificar, que es la actitud que podemos asumir frente a aquello que nos sucede.

Este concepto nos sirve a nosotros para esforzarnos en cumplir con lo que nos muestra el Mensaje de Renacer en cuanto a que lo que tenemos para ofrecer como homenaje a nuestros hijos es sólo con nuestra propia vida.

Cada día en la vida habrá múltiples oportunidades para homenajear a nuestros hijos y frente a aquellas cosas que nos hacían enojar, frente a aquellas cosas que nos causaban bronca o fastidio, podemos íntimamente decirnos, ese hecho ya pasó y yo no lo puedo cambiar, entonces en homenaje a mi hijo voy a cambiar de actitud asumiendo una actitud positiva, sin fastidio, sin broncas, sin enojos, que es lo que nuestros hijos esperan de nosotros en el camino a ser mejores personas.

Y esas oportunidades se dan en la cocina, en el tránsito, en la oficina, en fin en cualquier lugar o circunstancia que nos toca vivir diariamente de la mañana a la noche.

Entonces, por ese camino podemos llegar a la verdad y vamos a llegar también a la libertad, a la libertad de elegir, a sentirse permanentemente libres desde nuestro interno que es lo que fundamenta el Mensaje de Renacer, reafirmando que el cambio existencial es la puerta que se abre a la dimensión espiritual, que lleva a la verdad para sentirnos lúcidos y trasparentes, ver al mundo como es, llegar a la verdad de frente allí donde cesan todas las turbulencias y se logra la paz interna.

Ana y Enrique

De Renacer Congreso – Montevideo, Uruguay


“Por la Esencia de Renacer”

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